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jueves, 20 de diciembre de 2012

De lo que verdaderamente hay debajo no sabemos nada (2)...



Habló por teléfono una fulana que decía hacer encuestas para Beltrán BGC o algo así. Creo que su objetivo era indagar sobre los niveles de felicidad o sobre la percepción de bienestar durante este año y el próximo… Era un cuestionario con una escala de intensidad y fue terrible escuchar el cansancio de la mujer porque debía repetir las opciones en cada pregunta. Esto no duro mucho porque ella tuvo suerte al encontrar a un sujeto tan avispado como yo y así facilitarse la vida: memorice las opciones y le respondí con fluidez inenarrable…

¿Cuál es el mejor ejemplo de la miseria humana? R= Retomando (y parafraseando) a Don Palafox, creo que el país que se llama México es prístino testimonio. Dudo que sea un país con futuro, me parece que tiene cierto talento (aunque no me queda claro para qué) y experimento a diario situaciones que me hacen decir que ciertamente no tiene alma. En efecto, he perdido la fe en México. La moralidad social dominante seguramente choca con la moralidad y los valores del sistema que llaman democracia (y recuerdo que la encuestadora preguntaba sobre política). Es lastimoso constatar los sitios que ocupa esta nación en los “rankings de muchas cosas”, sean de la OCDE o del FMI, o de lo que sea: obesidad, bullying, tasa demográfica, asesinatos de mujeres, calidad de la educación, violencia intrafamiliar, muertes de periodistas… El progreso no es igual para todos. La consciencia esta aniquilada y, como dije antes, me gustaría avanzar en comunidad. Creo que no hago más que retomar aquello a lo que aludía José Emilio Pacheco en 1987: “México ya no figura en nuestro vocabulario. Lo sustituye una expresión de despecho y furia: ‘Ya no se puede vivir en este país’ ”.

lunes, 17 de diciembre de 2012

De lo que verdaderamente hay debajo no sabemos nada (1)...


 A veces suelo utilizar una versión corta (y muy manoseada) del cuestionario Proust en clase. Considero que, en realidad, cada pregunta da pie para ensayar una respuesta profusa, inédita… Sin embargo, me he topado con réplicas que van desde el mutismo total, hasta el nauseabundo “no sé” y escuché una reciente que afirmaba con timidez que la dinámica era un “arma de dos filos”… Fue ahí donde reprimí el decir “no mames”, por respeto a los oídos castos y al buen ánimo que me invadía esa noche.

¿Cuál es tu estado de ánimo actual? R= Tengo un sentimiento de orfandad generacional. No sé, imagina que entras al Feisbuc y te das cuenta que no hay nadie. Por otro lado, también me siento contrariado por unas cuestiones laborales recientes. Deseo que, por ser época navideña, mi cansancio mental disminuya porque como soy algo retardado, me canso más rápido, me angustio más fácilmente y tengo ataques de ansiedad más precisos.

¿Te consideras buena persona? R= No, practico con delectación el rencor. Seguramente soy mitómano.

¿Cuál es mi frase favorita? R= La frase favorita de estos días (porque seguramente mañana o la semana próxima cambiaré a otra) es versátil porque sólo cambias una palabra clave y es un cómodo comodín para rubricar las ocasiones anti climáticas que ciertas personas prodigan: “No vivamos como si la belleza no existiera”. O quizás sería alguna de Cortázar, el hombre a quien Dios debe estarle encargando sus escrituras.

¿Cuál sería tu mayor desdicha? R= Son un chingo… Haber conocido la palabra desdicha. Muchas palabras no pronunciadas (que, por ser numerosas, no mencionaré aquí). Adherirme al cliché cultural y antropológico y vivir en la jaula de la melancolía, lamentando la pérdida de un paraíso perdido. No allegarme a un grupo de personas que trabajasen juntos para crear un mundo de influencias y avanzar en comunidad.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La hiperbrevedad apodíctica del Facebook…


En la tarde, estaba decidido a abrir la clase de Redacción con la reseña de un estado de ánimo. No tenía quórum. Estábamos con el tema de la comunicación grupal. De repente, les pregunté a los alumnos si había algo que recientemente los obsesionara. Alguien me dijo que la arqueología… Añadí que yo estaba pensando sobre la ausencia: me obsesiona la ausencia y la presencia. Me obsesiona no comprender porqué la ausencia convoca pensamientos tan disímbolos y amargos. Me obsesiona constatar que la presencia y la ausencia sombra son una de otra, sombras dan y sombras quitan, ausencia-espacio-duro, visión de soledad y de dolor.
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Pulula en el Feisbuc cierta forma de escritura. Hace años escribía sobre los aforismos y dije de ellos que propiciaban un estado absoluto donde a la palabra se le concede verdad. Creo que el fenómeno puede describirse en los siguientes términos: dan certidumbre de nuestro conocimiento de la realidad. El lenguaje bimedia del Feis explota ese formato de la frase célebre y el retrato justo para la biografía perfecta. Y, como con el aforismo, transmite una seguridad que no dejaría lugar a dudas por medio de un discurso directo. La estructura sencilla de su narración contribuye a ello. Dirigidos al entendimiento y a la reflexión, son “circulares” y limitados porque acotan al que lee: se “mueven” dentro del ámbito supuesto por el ejemplo de Equis o Zeta dicho. 
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El reluciente lenguaje bimedia del Feisbuc es capaz de circunscribir la realidad y moldearla de acuerdo a una consigna. Italo Calvino ya sentenció: “Un razonamiento veloz no es necesariamente mejor que un razonamiento ponderado, todo lo contrario; pero comunica algo especial que reside justamente en su rapidez.” El fragmento ha ocupado su lugar en la escritura contemporánea.
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¿Hemos perdido la conciencia de la totalidad?

jueves, 26 de julio de 2012

Cosas que no puedo explicar debido a mi ignorancia...

El porqué hace tanto no escribía en este blog. La indolencia generalizada que me rodea y es similar a la de hace seis años (Sistema, haz hecho bien tu trabajo). No poder afirmar que la gente es inteligente, solidaria y consciente. Los pretextos francamente estúpidos de quienes no tienen sus tareas a tiempo. Determinar si es posible una relación directamente proporcional entre la eficiencia escolar y la eficiencia laboral (Empresa, te están tomando el pelo). Saber las motivaciones de aquel que inventó los "memes" en el Feisbuc. Si es digno asumir que se deben hacer cosas con lo que hay cuando el producto es bastante precario, mezquino, mísero. Que muy pocos piensen que ganar no significa tener la razón pero que, igualmente, perder no es dejar de tener razón. No poder admitir que (como sugiere Marta Lamas) hay realidades que siempre serán decepcionantes y que, en la aceptación de ello, hay asimilación y se abren vías para avanzar. Que un alumno me diga que soy un cabrón (aunque no queda claro en qué sentido). El porqué hace poco recordé las canciones en italiano y las ganas de volver a ese idioma: fammi giocare fammi dormire ma per svegliarmi presto. Que a veces no me pueda comunicar con la gente porque no "entienden las palabras que utilizo" (aclaro que son vocablos pertenecientes al idioma español). El cómo dilucidar la forma en que, después de exponer algunos razonamientos, la gente suele decir que escuchó otra cosa e, incluso, se muestre obstinada. Que haya muy pocas personas con las que uno se puede entender. La razón profunda de que un boleto para el Corona Capital sea tan caro, aquí en el devaluado México. ¿Y ahora en qué medios impresos puedo informarme con tranquilidad y paz? El motivo de que los cursos interesantes no estén al alcance de mi agenda. ¿Por qué a la gente le vale madres escribir un poco?