Afrenta, mi parálisis desenfrenada que todas las auroras tiñen de coágulos. Y mi eterno salto mortal hacia mañana...

Viernes 29 de mayo de 1998

(…) Precisamente J. caminaba delante de nosotros, subía por las escaleras, por donde llegaba él para tomar la clase de Química, allá en nuestros laboratorios, tus laboratorios, tú que cediste tu laboratorio a los de ahora agónico segundo semestre; ustedes que se adueñaron de otros salones, de la cafetería y tal vez de las canchas, ustedes, tú que no te percatas que al lado o arriba están tus próximos acompañantes de otro semestre, tú “Caracol” que albergarás a los nuevos tercemestreros, tú que te invitarán a tomar tequila en los Remedios porque está en pleno “boom”, tú que te invitarán al billar, tú que te iniciaste en el cigarro ahora te consolidarás, tú que conocerás más mujeres, tú que serás líder, tú que eres el guapo y las mujeres te asediarán, tú que irás a fiestas cada viernes, tú que cambiaste tu apariencia, tú mujer hermosa que llamarás la atención, tú que pagarás con tu paternidad, tú que te vale madres la escuela, tú que rayas las paredes con extraños signos, tú que ya fumas mariguana, tú que vas mucho a la biblioteca, tú que llevas 10 de promedio, tú que te vistes con ropas negras cuando son días calurosos, tú que te integrarás a la “grilla”, tú que harás bola en las manifestaciones, tú que te vas muy temprano, tú que sólo vive de deporte, tú que tienes carencias, tú que eres tímido, tú que cambiarás, tú que eres puto, tú que vives muy lejos e invitarás amigos a casa, tú que sobornarás al maestro, tú que trabajas, tú que conocerás al que pueda ser tu gran amigo, tú que eres una mujer “fácil”, tú que eres rubio, tú que eres moreno, tú que extrañarás la vida antigua y odiarás la nueva, tú que te mudaste de casa, tú que utilizas diario el metro, tú que te inscribirás a una opción técnica, tú que discriminas, tú que conocerás muchos lugares, tú que te asignaron aquí de huevos, tú que serás odiado, tú que eres ignorante; tú viste como J. les habla , ya es hora de que entre a computación, está solo…

Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es. Adieu, grand Carlos.