Powered By Blogger

jueves, 24 de febrero de 2011

Apología de los que no pueden ni deben levantarse del suelo…



“Es difícil pintar al mundo y a los hombres y al mismo tiempo vivir con ellos”, decía Camus.
***
No debería ser difícil la originalidad pues es la consecuencia de la diferencia. Por tanto, no es un fin. El anverso de la originalidad es la mediocridad. Ésta no es medianía, pues resulta que está por debajo de la media.
***
Después de observar The Black Swan (esa cinta desencantada y oscura) ha brotado ante mí una verdad meridiana, como que el agua es transparente y como que el fuego quema la piel. Nina (o sea, Natalie-Portman-sé-mi-esposa) no cuenta con las experiencias vitales necesarias para efectuar un acto trascendente y así evolucionar su naturaleza personal. De otro modo, también podría decirse que aquellas vivencias que nutren su bagaje son bastante banales, es una niña color rosa y casi casi se mimetiza con el decorado de su habitación. Y es así que ella oscila entre dos posibilidades: el colapso anímico o el éxtasis absoluto. Ya sea en uno u otro extremo, no podrá salir avante.
***
Entonces, ¿qué pasa con otras personas a quiénes se les exigen actos (de menor o mayor resonancia, da igual) y que fallecen en el primer escalón? A veces pienso, como le pasó a Nina, que el camino está tapizado de renuncia y fracaso y que esta condición se acentúa más y más cuando no hay el soporte de una vivencia capital, de una voluntad de poder. ¡Seres de poca monta! Últimamente lo he dicho muchas veces: la tentación del subdesarrollo es fácil de tomar, lo fácil es lo más fácil de adoptar…
***
El ser humano está condenado a actuar, y cada acto debe ser el resultado de un proceso inteligente de decisión.
***
Yo busco mi cisne negro:

No hay comentarios:

Publicar un comentario