Powered By Blogger

lunes, 11 de octubre de 2010

Un poco de desencanto pa´no variar la rutina escolar...


Hoy se “cierra” la bitácora de los alumnos. Por ello avisamos la segunda clase de la semana pasada que las dos sesiones próximas se dedicarían (entre otras cosillas) a calificar el diario. El balance general hasta el momento: apenas se cumplió con lo suficiente.
***
No sé cómo se interpretó el decir: “en las dos clases se revisa bitácora”. ¿Algunos pensaron que no habría problema y que se “salvaron” unas horas más antes de conocer un veredicto sobre su trabajo? ¿Conjeturaron que bastaba con decir: ora pal´ jueves o viernes? ¿Imaginaron que discrecionalmente podrían ponerse a escribir 10 renglones por minuto para recuperar el tiempo o aquello que no se hizo en el precioso momento? ¿Todos pensaron que se les revisaría en la segunda clase? ¿Supusieron que era fácil decir: no hay pedo, le digo al prof que me revise después? ¿Los que tienen un apellido paterno que inicia con P, S o T pensaron que sería por lista y que no había bronca? Estas preguntas me surgieron cuando vi caras de sorpresa, de estupor, de desconcierto y confusión.
***
Todos y cualquiera podrían ser los elegidos para solicitarles la bitácora. Yo necesito ya darme una idea de qué han escrito, cómo lo han escrito y cuánto han escrito. En suma, es el “cierre”, tenemos encima la primera evaluación, y ya no hay nada más que escribir, ya no se debe escribir…
***
La actividad en el salón que pretenda ser productiva requiere cooperación.
***
Isael entregó una bitácora seductora. Tiene dos características: versatilidad superlativa y estrategias de desarrollo. Habló de la clase y de lo malhumorado y latoso que puedo llegar a ser, celebró el centenario de la UNAM, hizo una crítica a los festejos del bicentenario panista, reseñó la obra de Muse, recordó en octubre el aniversario de la abuela fallecida, detestó la derrota del América ante el Cruz Azul, lamentó la muerte de Germán Dehesa y relató sus avatares para conseguir su diario favorito (Reforma), mencionó unos fines de semana familiares y las dificultades del Xbox, fiscalizó a Nicolás Alvarado y a Bukowski… Apenas alcanzó el mínimo de entradas pero el estilo y la voluntad de hacer algo más de lo pedido cubren con creces las insuficiencias.
***
En un anterior texto (la “Jaculatoria a los dioses del aula”) escribí: la actividad y comunicación de docentes y alumnos en el salón de clases están determinadas por el contexto educativo institucional y el currículum, por concepciones pedagógicas e interpretaciones del mundo ahí materializadas, por la cultura, saberes, lenguajes e historias sociales y personales de maestros y estudiantes. Aquí topo con pared inevitablemente. Esto viene a colación ahora que hago un mea culpa, un poco para dimensionar mi parte de responsabilidad en lo sucedido.
***
Ahora que recuerdo, en alguna bitácora que alcancé a leer, uno de los alumnos registró que en la primera clase fui directo a la materia y que según su parecer no me di tiempo para conocerlos (aunque sí organizamos una dinámica a mitad de clase). Bueno, pues resulta que su diario de clase, personalísimo, era para eso. No se preocupen, con todo lo sucedido hoy ya me ha dado una amplia idea de cómo son…

No hay comentarios:

Publicar un comentario